EZZIO PARODI ARROYO TESTIMONIO
EL MILAGRO DE SANIDAD Y RESTAURACIÓN
Cuando mi esposa tenía 5 meses de gestación, como toda pareja, decidimos tomar una ecografía para saber el sexo de nuestro hijo pues esos son los meses en los cuales ya se puede distinguir. En el consultorio, al examinar a mi esposa, el médico descubrió una malformación en el cerebro del bebé. Diagnosticó esquicencefalia asociada a ventriculomegalia congénita, causada por un quiste enorme, también agenesia del cuerpo calloso de su cerebro. Su apreciación fue muy dura, aseguró que el problema era irreparable y que sufriría mucho, sería casi un vegetal. En ese entonces, yo era un hombre lleno de orgullo y autosuficiencia; creía, como todos, que el mundo era para disfrutarlo y vivir lo sin importar nada más. Sin embargo todo lo que yo creía que no me podría suceder, me estaba sucediendo. Un especialista nos dio la esperanza de poder operarlo al nacer aunque sin ninguna seguridad de éxito. Además los costos de la operación eran muy altos, realmente inalcanzables. Me desplomé por dentro. Mi esposa entró en llanto y depresión; yo me sentía morir día a día. En mi oficina, solo, me dispuse a escuchar algo de música, pero la del mundo solo leva letras de desánimo y sin sentido es así que decidí escuchar un disco con música cristiana que me regalaron. Sonaba una serie de canciones que llamaron mi atención. Al transcurrir ellas, sentía algo que palpitaba en mi pecho, no podía contener más el peso que llevaba dentro, era demasiado para mí. Caí de rodillas y un mar de lágrimas salieron de mi interior; derrotado y arrepentido me postraba a los pies del Señor mientras escuchaba un cántico que decía yo me rindo a Él. Después de eso sentí la paz que nunca había tenido, le abrí mi corazón a JESÚS y lo dejé entrar. Le pedí que me ayudara, entendí que Él era el único que podía socorrerme. Ya mi esposa tenia 7 meses y medio de gestación y, luego de un seguimiento constante con ecografías 3D, nació nuestro bebé de manera prematura y con complicaciones respiratorias. Estuvo unas semanas en Cuidados Intensivos, era necesario operarlo lo antes posible para detener el crecimiento del quiste que deformaba su cerebro. Ningún médico nos daba esperanzas pero había algo en mi corazón que me decía sigue hijo yo estoy contigo, algo que no podía entender entró en mí. Era el Espíritu Santo que me guiaba. Mi esposa y yo buscamos a los mejores médicos de la Clínica del Niño, nos explicaron que el problema era irremediable y que solo se podía poner un sistema de drenaje dentro del cuerpo del bebé para que el líquido del quiste fuera controlado y pueda sobrevivir. Aun así no nos daba ninguna esperanza de tener un niño normal e inteligente, que es el sueño de todo padre. Los costos de la operación eran altísimos; pero, con todo el dinero que tenía, más la ayuda de algunos familiares, pudimos completar los miles de soles que nos presupuestaron. Unas semanas antes de la operación tuvimos que acudir a otro médico pues el primero ya no estaba disponible. Por obra de Dios, el Dr. Castañeda, neurocirujano pediatra, descubrió una manera menos traumático de intervención quirúrgica, la técnica era la microcirugía laparoscopia; pero el costo para alquilar el equipo descartable era de 2,000 dólares adicionales a lo ya presupuestado. Ese mismo día le pedí al Señor que me provea de ese dinero, y así sucedió. De la nada, Dios hizo su primer milagro; me mostró que Él estaba al control de todo. Llegó la hora de la intervención. Mientras todos estaban en la puerta de la sala de operaciones con un llanto incontrolable; mis cuñadas, mi esposa y mis demás familiares esperaban el resultado de la operación. Nuestra mente nos decía que era sólo un bebé, que había probabilidades de que no sobreviviera y, además, ninguna esperanza de recuperación. Pero sentía en mi corazón la necesidad de cantarle al Señor, pues Él nos daría la victoria. Me refugié en una habitación de la Clínica y allí, solo, encerrado, le clamé al Dios vivo, al todopoderoso, al experto en imposibles; lloré, no de tristeza, sino de alegría pues tenía la seguridad en mi corazón de que Él estaba de mi lado; me sentí su hijo, un hijo de Dios. Así transcurrieron las 3 horas de la intervención y salió nuestro bebé de la sala de operaciones.
El médico nos dijo que todo había salido bien y que ahora sólo quedaba esperar su recuperación. Ya en casa, los primeros meses, nos recomendaron terapias físicas para que mi hijo ganara algo de movilidad. Mi esposa decidió hacérselas ella misma, pues era costosa cada sesión. Le enseñaron, y así mi esposa, con la guía del Espíritu Santo, realizó cada masaje al bebé que tenía también una mano tullida. Por mi parte, día a día, crecía mi hambre de saber más del poder de Dios. Leí casi toda la Biblia, para mí era un deleite interminable; lo hice de día y de noche con mucha emoción y hallé en ella la sabiduría y los misterios que el Señor tiene para los que le buscan. Estaba maravillado de su poder. Meses después, fuimos al primer control médico de nuestro hijo y el neurólogo nos dijo, después de leer las resonancias, que el niño podría quedar sordo, que no podría caminar ni ver pues su cerebro tenía claramente el diagnóstico que ya nos habían mencionado. Una vez más me sentí derrotado. Hasta ese momento, nunca había acudido a una Iglesia Cristiana; tomé valor y entré. Quedaba a una cuadra del pequeño departamento que había alquilado. Ya en la Iglesia hablé con el Pastor y le conté brevemente mi testimonio, le pedí poder orar con todos los presentes por la salud de mi hijo pues no me conformaba con que él estuviera desahuciado. Junto a mí todos clamaban mi oración: "Señor permite que mi hijo pueda ver para mirar las maravillas que has creado y pueda leer tu palabra, que hable para que dé testimonio de tu poder, que camine para que lleve tu palabra a todo lugar a donde vaya". Se lo entregué al Señor una vez más. Al pasar los meses, mi hijo se desarrolló como un niño normal, fue cumpliendo con todas las fases de crecimiento en forma satisfactoria. Hoy en día, él está en el colegio. Canta, le gusta tocar la batería, es un juguetón; en conclusión, el Señor escuchó mi oración y la de los hermanos. Ahora disfruto de la paz que había perdido y junto a mi familia tenemos una nueva vida, un nuevo amor, una nueva familia en Cristo. Hoy sabemos que nuestro Padre Celestial es el más poderoso, que Jesús dio su vida por nosotros. Cristofe es el nombre de nuestro hijo en honor a nuestro Señor.
2º TESTIMONIO , PRUEBAS DE FE:
ENTRANDO AL POSO DE LOS LEONES
Y AL HORNO DE FUEGO
En el año 2008 después de pasar por grandes pruebas de fe como la RESTAURACIÓN COMPLETA de mi SEGUNDO HIJO CRISTOFE quien fue desahuciado por la ciencia medica al nacer con una malformación cerebral denominada esquisencefalia, daño irreparable haciendo que pierda su actividad humana normal, diagnosticaron ceguera, parálisis retardo mental, y muchas cosas mas, pero el Señor en su Gracia le puso todo lo que le faltaba lo transformo en un niño normal, esto hizo mi conversión llegando a los pies de cristo junto a mi esposa y demás familiares.
Luego nace mi tercer hija Salma a los 6 meses de nacida, por una caída se afición con su sangre y estuvo muerta por mas de 30 minutos, el Señor la RESUCITO , la volvió a la vida al
asombro de todos en la emergencia del hospital en la camilla donde la deje acostada pues ningún medico la quiso atender, al ver ya su estado inerte lo único que supe hacer fue clamar a Dios con toda la voz, certeza y dolor que pude sacar dentro de mi y grite fuertemente dando vueltas alrededor de la camilla: !!!En el nombré de Jesús Salma te levantas, grite!!!, En el nombré de Jesús Salma te levantaaaas!!! y por tercera y ultima vez, grite !!!En el nombré de Jesús Salma te levaaaantas!!!..... al asombro de los médicos en ese instante mi hijita dio un grito en llanto y el señor la trajo nuevamente a la vida esto sucedió en el Hospital Cayetano Heredia en Lima Perú.
Luego a los dos años de edad mi Hijo Cristofe sufrió un derrame cerebral el cual no le dieron posibilidades de vida nuevamente, ya habiendo experimentado la gloria de Dios supimos que para el señor no hay nada imposible ni la muerte puede contra su poder, estuvo a punto de morir a los 2 años de edad , pero AL DIOS VIVO AL CUAL LE SERVIMOS.. lo restauro completamente hoy ya tiene 4 años de edad. Después de todo el calvario, muerte y resurrección de mis primeros 2 años como creyente no me di por bendecido sabia que el Señor tenia cosas grandes para mi y mi familia, me dio un nombre nuevo , quito mis pecados, me saco de la agonía ,me puso ropa nueva una vestidura blanca, me saco del llanto a la alegría, ME MOSTRÓ SU PODER , es por eso que hoy le Alabo con todo lo que me dio y le sirvo con todas las fuerzas de mi corazón.
vídeo testimonio :
Hoy con mi familia viviendo la victoria en cristo, no hay nada que nos pueda detener estamos en la carrera....
Sin la FE, no podemos conseguir nada.
ResponderEliminarDios es bueno a El sea la Gloria , Dios te bendiga muchísimo
EliminarQue tremendo testimonio nos alienta a seguir a cristo en medio de la, prueba y el dolor.
ResponderEliminarDIOS te bendiga mi amado hermano
Creo y siento que esta más cerca de mi de lo que yo lo estoy de el
Amen hermano te bendigo , El Amor de Dios innunde tu vida , JESUCRISTO NUESTRO SALVADOR TE TOQUE CON PODER .AMEN
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